¿Sabías que no existe un «mapa perfecto«? ¿Te has preguntado alguna vez si cuando miras un mapa estás viendo realmente la Tierra tal y como es? Pues aunque pueda parecer mentira, la respuesta es que NO. Siempre hay algún tipo de deformación.
La Tierra es redonda, como una pelota, mientras que los mapas son planos, como un papel. Intentar representar la esfericidad de la Tierra en un plano es como tratar de envolver una pelota con ese papel sin hacerle arrugas. ¡Imposible!
Si lo hacemos al revés, aplastar la pelota hasta convertirla en algo plano, terminará como la piel de una naranja: dividida para mantener las dimensiones del centro.
Y si el mapa perfecto no existe ¿cómo podemos confiar en los mapas?
¿Por qué seguimos usándolos? Bueno, lo que se hace es elegir qué deformaciones son aceptables según el propósito del mapa. No deformaremos igual un mapa de carreteras que uno pensado para medir áreas de cultivo. Las deformaciones se establecen al determinar la proyección a utilizar para pasar de las esfera al plano y no son más que un conjunto de ecuaciones que transforman las coordenadas esféricas de un punto sobre la Tierra en coordenadas planas para ser representadas en un papel. Proyecciones hay muchas, y con proyecciones diferentes se obtienen mapas diferentes para diferentes usos.
Las proyecciones se clasifican en 3 grandes grupos
- Proyecciones conformes: Son aquellas que mantienen los ángulos. Dos direcciones distintas tendrán el mismo ángulo en el mapa y en la realidad. Se usan principalmente para la navegación, tanto marítima como aérea.
- Proyecciones equidistantes: Conservan las distancias. Son las que se utilizan para mapas de carreteras y proyectos de obras lineales.
- Proyecciones equivalentes: Conservan las áreas. Muy útiles en catastro.
Una anécdota muy comentada en el mundo de la cartografía es lo ocurrido con la proyección Mercator. Mercator creó un mapa en 1569 para ayudar a los navegantes a obtener direcciones de navegación. Su mapa conservaba los ángulos, lo que facilitaba trazar una línea entre la posición actual y el destino y medir el ángulo con el norte. Ideal para la navegación. En esa época buena parte del mundo no se conocía aún y lo que necesitaban eran mapas que facilitasen la llegada de los barcos a puertos lejanos. (Lee más sobre el mapa de Mercator aquí)
El mapa se hizo muy popular y se estuvo reproduciendo durante siglos.
Muchos años después, a mediados del siglo XIX, Peters señaló que este tipo de mapas mostraban Groenlandia casi tan grande como África, cuando en realidad es 15 veces más pequeña. Como el mapa había sido concebido en Europa se quejaba de que los países más ricos siempre manipulan la realidad para salir beneficiados. En respuesta, creó un mapa que conservaba las proporciones reales de las superficies, aunque deformaba los contornos. Peters ideó una proyección equivalente sin saber (aparentemente) que la proyección Mercator es conforme y fue creada para la navegación, no para mostrar los contornos de los países.
Moraleja: cada mapa tiene su propósito y utilidad específica y debe ser usado para la finalidad para la que se creó.. El truco de usar fotografías aéreas tampoco funciona, ya que la proyección la realiza el objetivo de la cámara.
Por si quieres más
Te dejo un libro estupendo que habla en profundidad de cómo cartógrafos y matemáticos han tratado en encontrar, sin éxito, este mapa perfecto a lo largo de la historia.
El sueño del mapa perfecto
En el sueño del mapa perfecto Raul Ibáñez narra cómo se han implicado matemáticos y cartógrafos para conseguir lo imposible: ese mapa perfecto. Artículos relacionados con el libro: El mapa perfecto no existe