Hoy vamos a hablar de la expedición que acható los polos y aplastó a Cassini, una historia de lucha de poderes con la ciencia de por medio. La expedición geodésica que determinó la forma de la Tierra.
Si por algo se caracterizó la ciencia del s. XVIII fue por sus debates, controversias entre científicos mediante las cuales rivalizaban unos con otros creando enemistades que en ocasiones acabaron trascendiendo a ámbitos más amplios enfrentando academias, corrientes de pensamiento e incluso naciones.
Tal es el caso del debate por la forma de la Tierra.
¡Sí! Parece mentira que un ciencia tan discreta como la geodesia haya sido objeto de semejantes pasiones.
Los protagonistas: Descartes y Newton
Los protagonistas iniciales: Newton y Descartes. Ambos parten de los postulados de Copérnico, en los que la Tierra gira alrededor del Sol, en oposición a la visión geocéntrica de la iglesia católica. Newton, apelando a su teoría de la gravitación universal, defiende que los movimientos de traslación y rotación dependen únicamente de la relación entre los distintos cuerpos que forman el Sistema Solar. Según sus cálculos, el movimiento de rotación dotaría a la zona ecuatorial de la Tierra de mayor fuerza centrífuga, provocando esto una forma achatada en los polos. Para Descartes estos movimientos son la consecuencia de unas fuerzas interiores a los cuerpos celestes, unos remolinos internos en virtud de los cuales la Tierra estaría achatada por la zona central.
Y aquí tenemos el primer desencuentro.
La visión cartesiana necesitaba aún una fuerza externa que mantuviera a los cuerpos en movimiento, un ser superior que garantizara el equilibrio del universo. En contraposición, los trabajos de Newton proponían un movimiento autosuficiente, abriendo la puerta a un mundo sin necesidad de Dios. La gravedad constituía todo un desafío para la concepción religiosa del mundo.
La forma de la Tierra: cuestión de Estado
Pero esto era un debate teórico, una discusión a nivel científico que no hubiera tenido más trascendencia de no ser por Jacques Cassini.
Cassini era el segundo de una saga de cuatro astrónomos, matemáticos y geodestas franceses. Su padre, Giovanni Domenico Cassini, de origen italiano, había pasado varias décadas recopilando datos por toda Francia para la medición del meridiano de París y la elaboración del nuevo mapa de Francia. El éxito de su trabajo le convirtió en uno de los científicos franceses de referencia, un científico que hacía ciencia a partir de datos reales. Francia se posicionó claramente a favor de la ciencia empirista. La experimentación es la forma correcta de avanzar en la ciencia – dijo. En 1700 Jacques Cassini publicó De la Grandeur et Figure de la Terre, un libro que resume todas las mediciones realizadas desde 1670. En él ensalzaba las virtudes de su padre y los valores de la ciencia hecha a partir de datos, y apoyaba los fundamentos teóricos de Descartes.
Jacques Cassini
A partir de ahí Jacques Cassini hereda el prestigio de Cassini padre y llega a ser considerado la máxima autoridad francesa en lo que respecta a la geodesia. Junto con algunos apoyos consigue controlar las actividades de la Academia de Ciencias de París. Digamos que hace y deshace en la Academia y juega con las reputaciones profesionales de quién no se muestra a favor de sus decisiones o tendencias. Ser científico en Francia significa defender la visión cartesiana del mundo y dar más valor a la experimentación que a los cálculos teóricos. Por supuesto, la Tierra la consideran achatada por el ecuador.
Ahora la forma de la Tierra ha pasado de ser un debate puramente geodésico a enfrentar la cultura científica francesa en contra de todos los trabajos teóricos que vienen de fuera.
La expedición geodésica que determinó la forma de la Tierra
Con el tiempo, los científicos franceses partidarios de Newton (científico inglés y teórico), despreciados durante más de 30 años, consiguen que la Academia de Ciencias de París se implique y mande dos expediciones con objeto de zanjar el tema. La misión de la expediciones será la de medir la longitud de un grado de meridiano. Si esa longitud fuese mayor en el polo que en el ecuador la Tierra estaría achatada por los polos. Si fuese al revés Descartes tendría razón.
La primera expedición se fue a Quito, Ecuador, dirigida por Louis Godin, y la segunda a Laponia, al mando de Pierre Louis Maupertius. Los trabajos concluyeron que Newton tenía razón y que la Tierra está achatada por los polos. Voltaire, miembro de la expedición a Laponia y francés pero seducido por las ideas de Newton, dijo al volver que «la expedición había aplastado los polos y a Cassini».
Y así concluye la expedición geodésica que determinó la forma de la Tierra
Esta historia está muy bien contada, y mucho más extensa, en el libro El matemático impaciente, de Raúl Hernández Asensio. Os dejo un enlace al capítulo que habla de ello.
Esta historia está muy bien contada, y mucho más extensa, en el libro El matemático impaciente, de Raúl Hernández Asensio. El libro se puede leer en línea. Os dejo un enlace al capítulo que habla de ello.