Phyllis Pearsall y los icónicos mapas «A-Z»: Un hito en la cartografía urbana
Cuando hablamos de cartografía, tendemos a imaginar grandes exploraciones, mapas del mundo o intrincadas representaciones de geografía natural. Pero la cartografía también está en los pequeños detalles de nuestras ciudades, y pocas personas han contribuido tanto a este campo como Phyllis Pearsall. Nacida en 1906, esta artista y cartógrafa británica creó una de las herramientas más útiles de usar para los habitantes y visitantes de Londres: los mapas «A-Z». Su historia es una combinación de esfuerzo, ingenio y una visión que revolucionó la forma en que nos movemos por las ciudades.
Una vida dedicada a los detalles
Phyllis Pearsall nació el 25 de septiembre de 1906 en East Dulwich, Londres, en el seno de una familia de ascendencia húngara, irlandesa e italiana. Su padre, Alexander Gross, era cartógrafo y probablemente influyó en su futuro interés por los mapas. Aunque estudió arte en París y trabajó como retratista, la vida de Phyllis dio un giro inesperado en 1935, cuando, según la leyenda, se perdió en Londres utilizando un mapa desactualizado. Este episodio despertó su determinación de crear un mapa más preciso y actualizado de la ciudad.

El nacimiento de los mapas «A-Z»
El proceso de creación de los mapas «A-Z» es parte de su leyenda. Se dice que Phyllis caminó más de 3,000 millas por Londres, recorriendo sus calles para verificar los nombres de unas 23,000 vías. Trabajaba jornadas de 18 horas, con una determinación que reflejaba su pasión por el proyecto. Aunque algunos detalles de esta historia han sido debatidos, lo que es innegable es que Phyllis creó un atlas único y práctico que marcó un antes y un después en la cartografía urbana.
En 1936, fundó la Geographers’ A-Z Map Company y publicó el primer atlas «A-Z» de Londres. Al principio, enfrentó grandes desafíos para distribuirlo, pero finalmente logró que la cadena W.H. Smith lo incluyera en sus tiendas. Este fue el inicio de un éxito que duraría décadas.
¿Qué hace especiales a los mapas «A-Z»?
- Diseño práctico: Los mapas «A-Z» tienen un formato compacto y fácil de manejar. Esto los hacía ideales para llevar en un bolso o cartera, algo crucial en una ciudad como Londres, con su intrincada red de calles.
- Sistema de cuadrícula alfanumérica: Londres se divide en cuadrantes con letras y números que facilitan encontrar cualquier dirección. Esto simplificaba mucho la navegación, incluso para quienes no estaban familiarizados con la ciudad.
- Precisión: Phyllis aseguró que cada calle estuviera correctamente identificada, lo que contrastaba con otros mapas de la época que a menudo estaban desactualizados.
- Inclusión de puntos de interés: Además de calles, los atlas destacaban hospitales, estaciones de tren, monumentos y otros lugares importantes, convirtiéndolos en una herramienta integral para locales y turistas.
- Actualizaciones constantes: Londres es una ciudad en constante cambio, y los mapas «A-Z» se adaptaron rápidamente a estos cambios, manteniendo su relevancia a lo largo de los años.

El impacto de los mapas «A-Z» en la cartografía
Los mapas «A-Z» no solo fueron un éxito comercial, sino también un hito en la historia de la cartografía. Antes de ellos, los mapas urbanos solían ser complicados o inaccesibles para el público general. Phyllis hizo la cartografía amigable, accesible y útil para la vida diaria. Su trabajo inspiró a otros a desarrollar atlas similares en otras ciudades, cambiando para siempre la forma en que se diseñan los mapas urbanos.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la venta de mapas al público fue limitada debido a preocupaciones de seguridad, pero los «A-Z» continuaron siendo producidos para uso gubernamental y militar. Esto subraya su importancia práctica más allá del ámbito comercial.
Legado y recursos disponibles
Phyllis Pearsall falleció en 1996, pero su legado vive en cada edición del «A-Z» y en la manera en que nos relacionamos con nuestras ciudades. Hoy, en un mundo dominado por mapas digitales como Google Maps, los atlas «A-Z» siguen siendo valorados por su diseño intemporal, su precisión y su historia.
Si deseas explorar o incluso descargar versiones digitales de los mapas «A-Z», aquí tienes una web interesante:
Alamy: Una colección de imágenes de los mapas y de Phyllis Pearsall.
Reflexión final
La historia de Phyllis Pearsall es un recordatorio de que la innovación no siempre viene de grandes organizaciones o proyectos ambiciosos. A veces, todo comienza con una persona decidida a resolver un problema cotidiano. Sus mapas «A-Z» no solo facilitaron la vida en Londres, sino que también inspiraron a generaciones de cartógrafos y urbanistas. Y quizá, la próxima vez que abras un mapa, digital o físico, podrás recordar el legado de una mujer que, con esfuerzo y pasión, cambió el rumbo de la cartografía urbana.